sábado, 22 de abril de 2017

Kinésica, proxémica y paraligüística - Teoría aplicada a la educación

La sociedad de la información está basada en tecnologías de codificación, transmisión e intercambio que permiten a las personas un sencillo acceso al conocimiento. No obstante, a la versatilidad del lenguaje escrito, junto al audiovisual y a  otros recursos virtuales, se une la comunicación presencial. Aquella donde la palabra hablada y la expresión corporal, a través de sus gestos, movimietos y otras convenciones culturales, forman parte del objeto de estudio de disciplinas como la Kinésica, la Proxémica y la Paralingüística. Son campos de conocimiento que sin duda pueden aportar ventajas para la mejora de la transmisión del conocimiento por medio de la enseñanza.

Kinésica


Proviene del término griego κίνησις, que significa movimiento, y tiene por objeto el estudio del lenguaje corporal (inclinar la cabeza, levantar las cejas, guiñar los ojos, levantar el dedo pulgar en señal de aprobación, la posición de los ojos y la mirada, es decir, las percepciones auditivas y táctiles con sus respectivas reacciones e interrelaciones). Entre otros, Albert Mehrabian y Morton Wiener  [1], demostraron que la mayor parte de la comunicación humana se realiza por medio del lenguaje no verbal (93%), en tanto que el 7% restante se atribuye a las palabras. De ese elevado porcentaje atribuible a la metacomunicación verbal, el 38% tiene que ver con el empleo y características de la voz (entonación, proyección, resonancia, tono, ritmo, silencios, entre otras) y el 55% corresponde a las expresiones gestadas por el cuerpo humano (posturas, movimiento de los ojos, respiración, etc.). Sugieren que el efecto combinado de los componentes de la expresión vocal, facial y verbal, a nivel agregado, es una suma ponderada de sus efectos independientes [A(total) = 0.07 A(verbal) + 0.38 A(vocal) + 0.55 A(facial)]

Kinésica - Lenguaje corporal

Proxémica


El término proviene del latín proximus (prope.– cerca y ximus.– como máximo) y lo aplicó el antropólogo estadounidense Edward T. Hall (1914-2009) a la descripcioón de las distancias medibles entre las personas mientras interactúan entre sí. Por tanto se aplica a la percepción que el ser humano tiene de su espacio físico, y se ocupa de estudiar cómo se usa en las relaciones sociales, pues todos necesitamos un espacio propio donde desenvolvernos. Hall estableció cuatro clases de distancias interpersonales. En primer lugar la distancia íntima: 0-60 cm., que es la más importante por quedar reservada a situaciones comunicativas de máxima intimidad, donde predomina el contado físico entre las personas (pareja), las personas se comunican por tacto, olor y temperatura del cuerpo. Solo se permite la entrada a los que están muy cerca de la persona en forma emocional, como el amante, padres, hijos, amigos íntimos y parientes. En segundo lugar la distancia personal: 60-120 cm. Destinada al contacto entre familiares, amigos y personas conocidas. Compañeros de trabajo en la oficina, reuniones, asambleas, fiestas, conversaciones amistosas o de trabajo. Si estiramos el brazo, llegamos a tocar la persona con la que estamos manteniendo la conversación. En tercer lugar la distancia social: 120-300 cm. Es la distancia habitual entre personas que no se conocen, donde no se intercambian cuestiones personales. Es la distancia que nos separa de los extraños, de la gente que no conocemos. En cuarto lugar la distancia pública: más de 300 cm. Es la distancia cómoda para dirigirnos a un grupo de personas. A esta distancia la persona tiene que alzar la voz para ser escuchado, por ejemplo, delante de un grupo. El tono de voz es alto y esta distancia es la que se utiliza en las clases magistrales, discursos, conferencias, coloquios o charlas. Dependiendo de la cultura, estas distancias pueden variar


Paralingüística

Se ocupa de estudiar los asuntos relacionados con la construcción del lenguaje humano, tales como los signos orales, auditivos, táctiles o visuales. Estas variaciones no lingüísticas (donde su esencia se constituye por la presencia de sonidos y ausencia de palabras), junto con las otras variables que conforman la comunicación. A ella pernteneces elementos como el llanto, la risa, el bostezo, el gruñido, algunas distorsiones  o efectos conscientes en el habla como pausas repentinas y repeticiones, el tono de voz (intensidad y volumen de la voz), la vocalización, la entonación en el discurso, el acento y el énfasis, el ritmo (hablar pausado o deprisa según el momento). El uso adecuado de los elementos paralingüísticos influye en la comprensión del mensaje. Así, a manera de ejemplo, la poca fluidez al hablar suele indicar nerviosismo o poco conocimiento sobre el tema. Otros factores como las pausas o los silencios también conllevan consecuencias pragmáticas (sub-campo de la lingüística, estudiado por la filosofía del lenguaje, la filosofía de la comunicación y la psicolingüística o psicología del lenguaje, que se interesa por el modo en que el contexto influye en la interpretación del posible significado de un hecho) en la interpretación de los enunciados. 


Notas

1. Mehrabian, Albert; Wiener, Morton (1967): Decoding of Inconsistent Communications. Journal of Personality and Social Psychology 6 (1), 109-114.

2. Hall, Edwuard Twitchell (1959). The Silent Language, Anchor Books, New York (1959)

 Hall, Edwuard Twitchell (1966). The Hidden Dimension, Doubleday, Garden City, New York.

Rosenthal, Robert (1994). Interpersonal expectancy effects: A 30-year perspective. Current Directions in Psychological Science, 3, 176–179.

Rosenthal, Robert (1994). Critiquing Pygmalion: A 25-year perspective. Current Directions in Psychologycal Science, 4(6), 171-172.

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